lunes, 4 de junio de 2007

De lo que se come se cría

El Jueves pasado a la salida del trabajo recibí una llamada de un amigo mío.

"¿Dónde estás?- me preguntó-.

A la salida del trabajo, le contesté.

Te paso a buscar y me acompañas para hacer una gestión bastante rara"

Cuando entré en el coche me explicó que había recibido la llamada de un amigo de mis hermanos pidiéndole que se acercase a la puerta de su Universidad para devolver unos exámenes que habían hecho por la mañana, "robado" a la hora de comer y "repasado" por la tarde.

La gestión era muy sencilla: mi amigo se tenía que hacer pasar por un compañero del profesor que le había pedido que entregase ese sobre en la recepción.

En el susodicho sobre se encontraban las futuras Matrículas de Honor de las que "presumirán" orgullosos durante el verano.

En esas circunstancias, Jueves 20.30 a la salida del trabajo, no le dí más importancia que la pillería de unos universitarios para aprobar una de las asignaturas más duras del curso.

La pena fue cuando, una vez entregado el sobre, nos informaron que era el sexto examen del que se examinaban y "aprobaban" con técnicas parecidas y que una vez logrado el objetivo irían a su casa para arreglarse y salir a tomar unas copas...teniendo una nueva "misión" que planear y afrontar el Sábado.

No voy a "condenar" esta actitud pues la gran mayoría de españoles, por no decir todos, hemos "contrastado" nuestros conocimientos durante un examen, hemos deseado y buscado conseguir el examen, o cualquier tipo de información, hasta minutos antes de entrar en el aula pero de ahí a que esto se convierta en en el "modus operandi" para ser licenciado media un mundo.

Está comprobado que al terminar la carrera los conocimientos de cada licenciado son bastante básicos y que será a la hora de trabajar cuando comenzará a aprender...como llevar una contabilidad, como redactar una demanda, como hacer una página web, como hacer un experimento.

Pero hay otras cosas que se aprenden a lo largo de la vida, que se van sembrando y cultivando día a día y que por muy pillo que se sea no sé pueden adquirir sin esfuerzo y sacrificio.

Una de ellas es el hábito en el trabajo, la capacidad de aguantar sentado cuando lo que el cuerpo pide es otra cosa más entretenida y que no requiera tanto esfuerzo.

Espero que si el personaje de esta historia lee esta entrada no se lo tome a mal- no le guardo ningún rencor- sólo espero que se ponga a "sembrar" porque a medida que nos hacemos mayores es más difícil ir adquiriendo estas costumbres.

1 comentario:

El payaso triste dijo...

que conste en acta: te sigo leyendo todos los días