Un 16 de abril de 1927 nacía nuestro querido Papa Benedicto XVI en Baviera. Hoy celebrará su cumpleaños en EEUU donde tendrá que lidiar con un tema muy duro para él y para todos los católicos como fueron los problemas de pedrastría que salieron a la luz en 2002.
Me compadezco de las personas que sufrieron tales agresiones así como las familias de las víctimas pero una vez dicho esto me da rabia que se englobe en un mismo saco a una multitud que nada tiene que ver con estos casos.
Sé que son problemas de incultura y de influencia de la opinión pública “barata” pero nunca entenderé como se puede generalizar y decir que los sacerdotes son todos unos tal y unos cuales…Es como si dijese que todos los aficionados del Barça son unos (léase lo que se quiera) porque su presidente es lo mismo.
Gracias a Dios conozco a muchos sacerdotes (mi hermano mayor se ordenará en Mayo) y sólo puedo quitarme el sombrero ante la labor que realizan y darles las gracias por todo a lo que han renunciado por ayudarnos al resto en nuestro camino en la tierra.
Los sacerdotes son hombres como nosotros que cada día que se levantan se preparan para escuchar todo tipo de basura (pecados), ponen la oreja ante una señora mayor que se ahoga en un vaso de agua o ante un señor que llega agotado de su trabajo y tiene que desahogarse con alguien y todo eso sin perder la compostura, con una sonrisa en la cara, sin otra compensación que saber que está dando una alegría a su “Jefe”.
Quién le iba a decir a Joseph Ratzinger cuando celebró sus 10 años que iba a tener que tirar del carro de la Iglesia Católica…
Simplemente se dejó guiar por Dios; espero que dentro de 50 años todos los que leamos este post podamos pensar “Quién nos iba a decir aquél 16 de abril de 2008 que….”
Recemos mucho por el Papa que le ha caído encima una buena
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