He de reconocer que desde que me he casado la TV sólo la veo en ocasiones especiales: debates electorales, partidos de fútbol, telediarios..
Está racha se ha visto rota por dos acontecimientos televisivos: OT y la vuelta de “El internado”.
Desde la primera temporada fui fan de OT hasta que perdí un poco el interés que recuperé con la llegada al programa de Risto Mejide; me parecía un crack hasta que este año he visto alguno de los castings y me parece que ya no tiene ninguna gracia. No sabe dónde está el límite de sus “gracias”; hay una línea que él se ha atrevido traspasar por el sólo hecho de cobrar un dinero (6.000 euros por gala) y verse con “derecho” a humillar a los concursantes que buscan su sueño.
En uno de los últimos castings dejó llorando a una de las aspirantes por el simple hecho de cómo iba vestida; una chica que probablemente había dejado de dormir pensando qué ponerse para la ocasión (quizás se lo habría comprado expresamente), qué peinado, qué maquillaje y todo para que nada más entrar este tipo se ría de ella en su cara y luego se excusa de qué él es así y son sus formas.
Pues siguiendo tu argumento si un día te encuentras el coche destrozado no te mosquees porque hay personas que son así, o si te atracan y te ponen una navaja en el cuello no te molestes porque ese tío vive de eso…
De pequeño aprendí una gran lección: “Trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti”
jueves, 17 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
ja! me has pillado!!! ;)
Publicar un comentario